Hay días así, en nuestras vidas…
Cuando no se sabe si abandonar o continuar sólo para ver qué
sucede, para ver si teníamos razón o estábamos absolutamente equivocados.
Días en los que quisiéramos regresar al Pasado porque nuestra
Realidad no nos gusta, nos agobia y hasta nos duele; días en los que nos damos
cuenta de que ya crecimos, de que ya nada es como lo recordamos, que dejamos de
ser jóvenes y ahora la piel cuelga, los achaques atacan, la risa ya no aparece fácil,
que hay penas, desgracias y pérdidas irreparables.
Días en que intentar algún cambio en nuestras vidas nos
parece imposible o al menos, muy difícil, problemático y lleno de obstáculos...
días en los que quisiéramos desaparecer “sin dolor” y pasar a mejor vida para
huir y burlar a aquello que nos lastima.
Aunque también hay días en los que el ánimo despierta y se aferra a continuar a pesar de no encontrar un rumbo fijo, un camino fácil o un Futuro prometedor que motive lo suficiente, aún sin éso, seguimos adelante pendientes de lo que pudiera ocurrir.
Aunque también hay días en los que el ánimo despierta y se aferra a continuar a pesar de no encontrar un rumbo fijo, un camino fácil o un Futuro prometedor que motive lo suficiente, aún sin éso, seguimos adelante pendientes de lo que pudiera ocurrir.
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